MINGA 6, año 4, semestre II, 2021

Universidad Mayor de San Simón – UMSS

Comunidad de Investigación para la Transformación de América Latina – CITAL

Minga. Revista de ciencias, artes y activismo para la transformación de América Latina
Año 5, número 7, semestre II, 2021, Cochabamba, Bolivia.

Minga es un proyecto semestral de la Comunidad de investigación para la transformación de América Latina (CITAL) para la difusión de ciencias, artes y activismo en nuestro continente. Mediante acuerdo de colaboración con la Dirección de Formación Continua Grado y Posgrado de la Facultad Arquitectura y Ciencias del Hábitat, Minga acompaña el proceso de ejecución de la Maestría en Estudios del Desarrollo y el Hábitat con una perspectiva multidisciplinar, científica e internacional.

Jefe editor
Dr. Jan Lust
Universidad Ricardo Palma, Perú
jan.lust@urp.edu.pe

Coordinación editorial ejecutiva
Dr. Jhohan Oporto
Universidad Mayor de San Simón, Bolivia
j.oporto@umss.edu.bo

Diagramación
Lic. Esp. Marcelo Sagredo

Gestión OJS
Lic. Rocío Mérida Moscoso

Ilustración de portada
«El lince», Emil Gumiel Sandoval

Minga. Revista de ciencias, artes y activismo para la transformación de América Latina – 2021
© CITAL – Edición digital
Sitio UMSS: https://revistas.umss.edu.bo/index.php/minga/index
Sitio CITAL: https://minga-cital.com/
E-mail: minga@umss.edu
ISSN: 2704-5584
OPEN ACCESS – Licencia Pública Internacional — CC BY 4.0

Hecho en Cochabamba – Bolivia

Editorial Minga 6: El ascenso de la izquierda al poder político. ¿Una segunda marea rosada?

DOI

Comité editor Minga
E-mail: estudios.del.desarrollo.g4@gmail.com

Como citar: Comité editor Minga (2021), “El ascenso de la izquierda al poder político. Una segunda marea rosada?”, en Minga. Revista de ciencias, artes y activismo por la transformación de América Latina, Nro. 6, año 4, semestre II, 2021, pp. 1-8, Cochabamba, DOI: https://doi.org/10.5281/8387435

ISSN: 2704-5584

OPEN ACCESS – Licencia Pública Internacional — CC BY 4.0

Varias figuras políticas, analistas, académicos dentro y fuera de América Latina apuntan que los resultados de los procesos electorales en los últi- mosaños y durante 2022 estarían generando condiciones favorables para unasegunda oleada de gobiernos populares progresistas en el continente. De manera simultánea a esta situación se ha generado el crecimiento y fortalecimiento de bloques neoconservadores en la región estableciendo un marco de relaciones conflictivas entre las agendas progresistas y los agentes económicos privados y sus representaciones políticas.

En este contexto, ya no solamente se trata de generar una línea mínima depolítica pública orientada a la distribución de riqueza a la clase trabajadora yla población en las márgenes sociales, sino que fundamentalmente se trata de la reafirmación de principios y prácticas ideológico-políticas populares de los partidos gobernantes en el continente, desde el Río Bra- vo hasta la Patagonia. Esto es que, se revalorice y actualice la vinculación entre políticapopular y proyecto progresista. La responsabilidad de la se- gunda ola, en congruencia con este escenario, pasaría mínimamente por asumir con mayorresponsabilidad el proceso de transformaciones nacionales pero ampliando su alcance e interacciones a todo el continente.

Aunque brevemente a continuación realizamos un punteo sobre lasituación y retos del progresismo en Bolivia, Colombia y Perú, basados en los insumos directos de nuestros compañeros del Comité Científico. Sin embargo, antes de presentar estas reflexiones hacemos un repaso lo que está pasando en Argentina, Brasil, México y Chile.

Argentina, Brasil, Chile y México

La situación de Argentina al mando de Alberto Fernández no ha podido lidiarcon el estancamiento económico interno y los efectos de la crisis económicapost Macri, profundizada por la COVID-19. Contrario a las expectativasprogresistas del continente, el gobierno argentino, después de ne- gociaciones de más de año y medio, en 2022 está en proceso avanzado de convalidar ladeuda asumida por el gobierno de Macri ante el FMI en 2018. Esta situaciónno se limita al retorno de Argentina a la lista de gran- des deudores, sino de su consolidación como máximo país deudor en los siguientes años (45.000millones de dólares), por delante de Egipto e Irak. También se trata del compromiso de Argentina con el FMI para que esta institución tenga presenciaen el gobierno, de manera que, se garantice en este y las siguientes gestiones elpago de la deuda, a la vez que para ello se implementen y controlen ajustes convenientes en la emisión monetaria, desvalorización del peso y reducción de la inflación. A decir de Claudio Katz, Argentina ha vuelto al hábito degestionar su economía bajo un timón fondomonetarista que ha hundido una yotra vez al país.

Las elecciones a la presidencia de Brasil en octubre de 2022 tienen un doble carácter estratégico. Para la extrema derecha internacional es la oportunidad de echar raíces nuevas en América Latina, para así consoli- dar su red internacional salvando al “último gran defensor de la civilización occidental” y desde esa posición intervenir en la política continental enconsideración de los nuevos aires progresistas. En contraposición a esta perspectiva, para la izquierda continental y principalmente la brasileña, una victoria electoral contra Bolsonaro permitiría recuperar el país de una tendencia pro-elitista y conservadora con matices fascistas a favor del movimiento popular, y retomar el proceso de integración de la región continental.

La probable victoria de Lula en las elecciones no será solo el resultado pendular de la experimentación de una versión de gobierno autoritario modelo siglo XXI -con Temer y Bolsonaro-, sino de la gestión de campañadel Partido de los Trabajadores (PT) y la consolidación de un bloque de alianzas lo menos contradictorias posibles.

Las alianzas con fracciones de izquierda, así como con sectores empresariales del agro o el sector financiero, serán factores clave, así como ladefinición de la candidatura a vicepresidente. Sin embargo, este equilibrio podría generar muchos problemas si acaso se logra la victoria. La expe- riencia del golpe suave a Rousseff representa una alerta sobre el proceso electoral y la probable gestión de gobierno de Lula. La derecha brasileña puede manifestarse favorable al retorno de Lula al frente del gobierno, pero si acaso Lula optara por recuperar la movilización popular, no cabe duda de que el conflicto sería un recurso para desestabilizar el país y poner temblar el retorno del progresismo a Brasil.

La victoria de Gabriel Boric sobre José Antonio Kast, en segunda vuelta electoral de diciembre de 2021, expresa la esperanza social por la ejecución decambios al aparato estatal y el modelo económico neoliberal imperante en Chile desde hace más de cuatro décadas. Las tareas políticas inmediatas aabordar por el nuevo gobierno serán garantizar el éxito de la ConvenciónConstituyente, la aprobación en septiembre de la Nueva Constitución en plebiscito obligatorio y, lo más importante, ponerla en funcionamiento. El retoes aún mayor, en consideración que la propuesta reformista de Boric esejecutar una política socioeconómica que consolide y amplíe el apoyo popular, si acaso el progresismo chileno aspira a un proceso de transformaciones social demócratas de largo aliento.

AMLO y el impulso de la 4T tienen en 2022 tres retos importantes: validar el apoyo de la sociedad civil a su continuidad al frente del país en consideración popular mediante la consulta para la revocación de mandato;resolver pugnas al interior del partido Morena y del aparato estatal para enfrentar lo que resta del sexenio rumbo a las elecciones de 2024; darcontinuidad, ampliar y profundizar en la política pública orientada a benefi- ciar a los más desprotegidos, la población vulnerable: mujeres, ancianos, niños, campesinos, indígenas, pequeños y medianos productores que han sufrido los embates de la política neoliberal de los últimos 30 años.

El actual Gobierno Mexicano desde inicios de su mandato ha propuestoque todas las instituciones gubernamentales participen activamente en la aplicación de la política económica y social a través de la integración entre cada una de ellas. El Plan Nacional de Desarrollo 2019–2024 gubernamental gira entorno 20 programas nacionales que van desde construcción de caminosrurales hasta el fortalecimiento en la producción agrícola y ganadera.

La resistencia de las instituciones gubernamentales al cambio, debido a la diferencia ideológica y política entre los funcionarios públicos y dirigentes deestas dependencias, ha generado una serie de difamaciones públicas y verbales que expresa las tensiones entre la propuesta de reformas y el conservadurismo institucionalizado, una disputa de poder que se ha extendido a escenarios del ámbito social, académico y el activismo ambiental, por citar algunos.

En la mitad de su sexenio, AMLO cuenta con un apoyo de 70% a su gestión, un capital democrático que puede ayudar a enfrentar en junio las elecciones para renovación de gobernaturas en seis entidades federativas (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas). La victoria para Morena y sus aliados permitiría que el proceso de refor- mas se acelere en los siguientes tres años.

Bolivia 2022 recuperación económica y crisis política continua

Con una cuarta ola de COVID-19 en curso, y aun la tasa de letalidad se haya reducido de 6.2% en la primera arremetida de 2020 a 0.6% en la actualidad,el cansancio anímico general, ante una “normalidad” que no acaba de llegar tras dos años de pandemia, mantiene en vilo la recuperación de la estabilidad económica y política en el panorama de Bolivia para 2022.

Complementariamente, la aventura golpista del bloque neoconservador y la crisis política nacional, desplegada entre noviembre de 2019 y octubre de2020, profundizó varias paradojas del modelo socioeconómico neodesarrollista. La principal, la alta vulnerabilidad, ante escenariosinestables, del gran volumen de población económicamente activadependiente de actividades económicas informales.

Las medidas socioeconómicas desplegadas por el gobierno de restauración democrática a efectos de la crisis sanitaria y política: bonos,postergación de créditos, control de tasa de cambio del dólar, provisión masiva de pruebas de detección y vacunas, incremento de presupuestos en salud en niveles subnacionales, entre otras, no solo han permitido paliar relativamente la crisis generalizada a nivel local, a su vez, también han confirmado que la “salud” del trabajo informal depende directamente de la acción estatal.

Mientras las actividades extractivas privadas que funcionan con bajo volumen de empleo y las burocracias adaptadas al trabajo a distanciamantuvieron relativamente sus condiciones habituales, la población trabajadora informal, paralizada por el peligro de exposición al virus o alcontrol y represión policial-militar -cuarentena y toques de queda-, se lasingenió para evadir los filtros y presionó por recuperar su movilización parasuperar el deterioro progresivo de sus condiciones de subsistencia.

Actualmente, el MAS-IPSP se encuentra escindido en dos líneas deacción. Por un lado, el gobierno de Luís Arce y David Choquehuanca que ha optado por enfatizar la gestión tecnocrática y generar condiciones para la recuperación económica, así como un bajo perfil en la lucha política pero sin perder la oportunidad de definirse como forma alternativa de direcciónpartidaria. Esta opción de bajo perfil, que es sostenida por las organizaciones partidarias periféricas de la zona andina, y de manera creciente en el resto delpaís, le ha costado sendas críticas de parte de la oposición y otras fracciones de su mismo partido. Quizás, lo principal porque contrasta con la línea deacción asumida por Evo Morales desde la región del trópico en Cochabamba yporque mantiene distancia de su figura. La acción de Morales, parece encaminada a la candidatura presidencial por el partido en 2025, más allá de los resultados de la gestión de Arce y Choquehuanca. En esa dirección, el ex presidente mantiene un alto perfil de actividad política interna y a nivel mediático (marchas, declaraciones, actualización de estatuto partidario, entre otras), demostrando la vigencia de su liderazgo. En la otra vereda político-ideológica, la descomposición del bloque neoconservador que promovió la ruptura institucional y sostuvo al gobierno irregular de Jeanine Añez, no ha sido completa, pero tampoco ha afianzado una rearticulación o renovación que se constituya en una fuerza política en las calles de los centros urbanos y regiones base de su operación, más allá del control simbólico de los medios de comunicación y los temas de discusión popular.

Mientras figuras políticas menores como Añez o agentes funcionales de las fuerzas armadas y de la policía fueron aprendidos y se encuentran enprocesos judiciales (apoyo a ruptura institucional, represión en Sacaba y ElAlto), las figuras centrales del proceso desestabilizador se han refugiado en el mínimo protagonismo público (Carlos Mesa, Jorge Quiroga) o en cargos en gobiernos subnacionales al amparo de las elecciones de febrero de 2021. El dirigente cívico empresario Fernando Camacho, el intelectual Iván Arias o elex militar Manfred Reyes Villa, acomodados como autoridades subnacionalesen Santa Cruz, La Paz y Cochabamba respectivamente, se apoderaron del eje troncal con el apoyo de la población urbana, cuya expectativa proyectaba la articulación de una oposición activa al nuevo gobierno del MAS-IPSP con Arce y Choquehuanca y con miras a las elecciones de 2025.

La victimización de Añez e intervenciones precisas de Mesa, Quiroga, Camacho, Arias, entre otros, así como la politización del manejo de la crisis sanitaria en gobernaciones y municipios, la recuperación del debate federalista, entre otros temas, expresan un posicionamiento estratégico de resistencia antes que de ofensiva. Así, si bien no se ha generado una acción coordinada entre estos líderes, la táctica política apunta a la resistencia simbólica con expectativas a generar situaciones favorables a la desestabilización rupturista del “régimen masista” o, en lo mediato, aspirar auna nueva oportunidad de romper con la hegemonía del MAS-IPSP, esta vez por la vía democrática.

Se puede afirmar que la discusión sobre el futuro nacional ha sido pospuesta por la contingencia sanitaria y económica política del presente. En tal grado que la pugna política se sostiene en el cambio pragmático y cortoplacista. En un ámbito en que los medios empleados por ambos bandos se confunden por su pragmática similitud, la dialéctica: persistencia de la crisis sanitaria-económica-política versus pugna política (combinada con un aparato estatal y actores políticos) sin horizonte político y proyecto de realidad concreta, seguirá en los próximos años sin resolver las necesidades de la clase trabajadora.

Nos encontramos así, de manera sintética, en un periodo de crisis post shock, de desorientación. Es decir, de visualización y experimentación de profundas contradicciones que determinan la discontinuidad en el proceso deconstitución de una consciencia de clase a favor de la transformación nacional.

Colombia. ¿Virando a la izquierda?

El próximo 29 de mayo de 2022 Colombia elegirá un nuevo presidente, quien reemplazará en sus funciones a Iván Duque Márquez, representante de la más rancia derecha colombiana y quien deja al país en un estado general de crisis y con la percepción general de la necesidad de un cambio radical para una nación que nunca ha cuestionado su historia, su clase dirigente y la relación de esta con la población en general. Aunque en este momento el acomodamiento de las fuerzas políticas está en pleno movimiento, las primeras encuestas presentan como máximo favorito a Gustavo Petro Urrego,líder del movimiento “Colombia Humana” y representante principal de la izquierda.

El término izquierda en Colombia es ambiguo y se encuentra marcado por la narrativa de las élites sobre el conflicto armado que finalizó con los Acuerdos del Teatro Colón de noviembre de 2016, firmados por el gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-EP (FARC). Dicha narrativa presenta a estos últimos como protagonistas exclusivos deldeterioro del enfrentamiento interno y únicos responsables de la crisis enderechos humanos que se manifestó durante los últimos años de las accionesmilitares. Sin embargo, en la actualidad reúne a varios sectores sociales queno necesariamente están alineados con el pensamiento socialista, pero quereivindican a una variada gama de sectores tradicionalmente excluidos de la vida nacional: indígenas, afrodescendientes, feministas, campesinos, juventudes, comunidad LGBTI, entre otros.

La proximidad de un viraje en el poder político colombiano con un potencial ascenso de Gustavo Petro a la presidencia está generando un panorama complejo de la realidad nacional y una radicalización de losdiferentes grupos políticos. De una parte, se encuentra la derecha con dos variantes; la primera, el Uribismo, que ha gobernado durante las últimas décadas y que se presenta con los efectos del agotamiento del poder y, el impacto negativo de la administración Duque, el último elegido por Álvaro Uribe, como adalid de su visión de país. De otra parte, se encuentra la“Coalición Equipo Colombia” que reúne a varios tecnócratas neoliberales, caciques regionales y tradicionales jefes políticos y económicos, que en algún momento esperan realizar una coalición con el partido de Uribe o ser vinculados por este a una estrategia de mayor calado, con miras a la segunda ronda electoral.

En segundo término, se posiciona el centro como opción de poder. Este se encuentra representado por varias personalidades como Ingrid Betancourt, Sergio Fajardo, el ex rector de la Universidad de los Andes, AlejandroGaviria, el líder de las negociaciones de paz, Humberto de la Calle, entre otros,que se presentan ante la opinión pública como una opción más discursiva, que concreta, lo que aunado a una flagrante división de egos permite prever queno avanzará más que del voto de opinión, dejando la decisión electoral entre laderecha y la izquierda. Por último, la izquierda, que como se mencionó previamente no es homogénea y debe luchar inicialmente por la ruptura con el miedo que su sola mención desata en una sociedad que aprendió muy bien a observarla con prevención y como la amenaza a un triste modo de vida que se ha entronizado como modus vivendi general.

Una virtual elección de Petro sería la apertura del espectro político para sectores distintos a la élite tradicional y a la derecha criminalizada, que permitiría romper con un cerco de poder construido sin ningún resquemordesde la misma declaración de independencia en 1810 y que se ha mantenido imperturbable hasta la actualidad.

Perú: la izquierda radical en el poder

El 28 de julio de 2021 fue un día histórico en el Perú. Fue por la primera vez que un presidente claramente izquierdista asumió el poder político en el Perú.Pedro Castillo llegó a la casa de Pizarro después de haber derrotado al candidato de toda la derecha, Keiko Fujimori. Castillo es miembro del partido Mariáteguista y marxista-leninista Perú Libre.

La victoria electoral de la izquierda no fue una sorpresa. Desde las elecciones generales de 2011 la izquierda estaba en ascenso. Además, la generalización de la corrupción de la clase política, la capacidad de Perú Libre de captar el voto de las masas insatisfechas con el actual modelo de desarrollo extractivo neoliberal, y el hecho de que fueron principalmente lasmasas populares que fueron afectados por el coronavirus, dieron la victoria en las urnas a Pedro Castillo.

La victoria electoral de Castillo y de Perú Libre llevó la izquierda radical alpoder político. Leemos bien. La derecha aceptó la victoria de un partido Mariáteguista y marxista-leninista, que busca instalar el socialismo en el Perú. Eso es extraño. ¿Los representantes del capital nacional y transnacionalen el Perú dejan que la izquierda introduce normas y leyes que aten- tan claramente contra sus intereses económicos? ¿Se vive una verdadera democracia en el Perú?

Definitivamente la derecha en el congreso peruano no está feliz con unpresidente de orientación izquierdista. Sin embargo, no tiene muchos problemas con esta situación porque Castillo no tiene el poder real, es decir, elpoder económico y social. Tampoco está en capacidades, actualmente, de adquirir este poder.

En primer lugar, la derecha controla el Congreso y, desde allí, puede impedir cualquier ley que genere cambios en las prácticas políticas y económicas actuales. En segundo lugar, el monopolio del capital sobre los medios de comunicación facilita la manipulación y movilización de lapoblación, quien acaban actuando inconscientemente en contra de sus propios intereses económicos y sociales. En tercer lugar, el poder económico de la derecha puede utilizarse para sabotear las posibilidades de progresoeconómico, especialmente a través de la fuga de capitales. En cuarto lugar, treinta años de políticas económicas neoliberales han creado una burocracia profesional en los aparatos estatales que no solo responde a los intereses de laderecha, sino que también abraza el pragmatismo de la ideología neoliberal. Finalmente, en quinto lugar, aunque la izquierda haya ganado las elecciones,su situación es débil puesto que no logró conquistar la consciencia de la población. La victoria política de la izquierda no va acompañada de unavictoria social. Frente a treinta años de manipulación y dominación neoliberal que no se pueden eliminar solo con una victoria electoral, la izquierda debedesarrollar las bases sociales conscientes para una transformación real y revolucionaria de la sociedad, donde la fuerza laboral y la naturaleza ya no sean mercancías.

La debilidad social de la izquierda debería ser el punto de partido de cualquier análisis de clase de la situación política en el Perú y en América Latina en general. Podemos analizar la derecha, el poder del capital, la influencia del capital nacional y transnacional sobre nuestros gobiernos en América Latina, al final lo que cuenta es el poder político y social de las fuerzas que buscan la transformación revolucionaria del continente. Es estepoder real que ponga en peligro los intereses del capital y es la condición paraavanzar hacia la liberación política, económica, social y cultural de nuestros pueblos.

La falta del poder social de la izquierda peruana está causando casi una crisis permanente dentro de la izquierda peruana o del Gobierno de Castillo.Se suponía, no olvidamos eso, que la llegada de Castillo y de Perú Libre al poder político causaría una crisis en la derecha. No fue así.

El poder económico y cultural (la ideología) de la derecha o la falta del poder social de la izquierda, ha sido el determinante de las decisionespolíticas tomadas por el Gobierno de Pedro Castillo. Es decir, fue el poder de la derecha y la falta de la fuerza social de la izquierda que ha determinado, enlas primeras seis meses de su gestión, las políticas introducidas por los varios gabinetes presididos por Castillo.

La derecha hacia caer la moneda peruana, el sol, y limitó las posibilidades de maniobra económica por parte del Gobierno. Creando inestabilidad política (interpelar continuamente los ministros no deseados por la derecha) y sacar el capital del país (o fuga del capital), hacía reducir el valor de la moneda y contribuyó a subir la inflación. De esta manera, la derecha esperaba enfurecer a las masas en los barrios populares de las urbes y en losbaluartes rurales de Castillo y del Perú Libre en el interior del país. Una representación mayoritaria en el Congreso, junto con una mayoría manipulada en las calles, abriría la posibilidad de una vacancia de Castillo, socialmente aceptada y respaldada por las masas inconscientes. Un poder real, fuera de las urnas, un poder social, habría imposibilitado el uso de masas para los fines de la derecha.

Es la debilidad organizativa de la izquierda revolucionaria o socialista, expresada en la carencia de bases políticas y sociales, y de cuadros revolucionarios de alto nivel intelectual, que nos ha llevado a tener como ministro de Economía y Finanzas y como presidente del Banco Central de Reserva del Perú, a dos personajes que no están de acuerdo con políticas de cambio que lleven al mismo pueblo a determinar su propio destino. Mientras el primero trata de desarrollar políticas económicas que busquen humanizar elcapitalismo peruano (y eso es, definitivamente un gran avance, un gran logro,si el empresariado le deja hacerlo), el segundo es un convencido de la validez del modelo neoliberal.

Sobre los contenidos de la Minga 6

La Minga 6 está organizada en las cuatro secciones tradicionales, artículos de investigación, artículos libres, revisión de publicaciones y activismo y artes.

La primera sección reune dos materiales, en “Reconfiguraciones productivas y geoespaciales del capitalismo mexicano en la etapa neoliberal”, Rogelio Gómez Moya aborda el deterioro de la relación capital-trabajo en favor del desarrollo capitalista a partir de los cambios en el paradigma productivo en México desde 1980 al presente. Por su parte, Guadalupe Marga- rita González Hernández y Javier Ezaú PérezRodríguez en “Turismo, mer- cado para las estructuras criminales en el Centro Histórico de Zacatecas, México (2010-2018)” proponen una aproximación a las formas en que el crimen organizado contribuye al proceso de acumulación capitalista in- virtiendo en actividades de ocio nocturno y los efectos de esta actividad en la violencia sistéca en el centro de la ciudad.

En la segunda sección se presentan cinco artículos. En el primero, “Fin dela época neoliberal en México y políticas sociales del nuevo gobierno de López Obrador desde 2018”, Víctor López Villafañe realiza una valoración del ascenso de Manuel López Obrador a la presidencia de México y suproyecto de políticas y líneas de acción orientadas a la redistribución social y el cambio en las condiciones de vida de la mayoría de la población. En “El nuevo Gobierno de Perú Libre y la vigencia del Pensamiento Marxista de Mariátegui”, Harry E. Vanden analiza los orígenes de Perú Libre y la necesaria relación de este proyecto político con el marxismo mariáteguista. Gaby Gallardo, reflexiona sobre sobre las críticas al progresismo latinoamericano y particularmente al gobierno de Correa en “Reemplantarse a las izquierdas sin odio. En respuesta a: ‘Preguntas y retos para las izquierdasdesde Ecuador’ de Alberto Acosta y John Cajas-Guijarro”. En “Álvaro García Linera. El vendedor de humo”, Sara Esther Bravo Ramírez proponeuna crítica al papel del intelectual y político de García Linera en el deteriorodel proyecto de gobierno progresista con fuerte identidad india. Dos transcripciones de ponencias cierran la sección, por un lado, Melissa Ugarte,en “Influencia del desarrollo en la seguridad y soberanía alimentaria del pueblo indígena Yuki del trópico de Cochabamba, Bolivia”, revisa el estadode deterioro actual de la comunidad Yuki. Por su parte, en “Panorámicacochala de lluvias y cinismo. Sobre la producción del “sentido común” y delhábitat por el mercado”, Jhohan Oporto critica brevemente el papel de losmedios en la construcción de la opinión pública sobre la producción delhábitat en Bolivia.

Un trabajo de revisión de publicaciones se incluye en este número, el que corresponde a comentarios en torno a “Historia del movimiento minero deBolivia a través del testimonio de sus protagonistas 1952 – 1985”, a cargo de Jhohan Oporto.

En la cuarta sección de activismo y artes, la Minga 6 contiene cuatro trabajos. El primero, elaborado por María del Carmen Garcés y titula“Domitila Chungara. Revolucionaria boliviana”. El segundo trabajo de estas sección corresponde a una poesía de Rosina Valcárcel, “Breve carta a Hé- ctor Béjar”. El trabajo tercero corresponde a un ensayo literarito de Julio Carmona titulado “Borges, ¿un conciliador entre realismo y formalismo?”. Para finalizar, un breve escrito sobre el trabajo del pintor Sebastian Montt, quién además ilustra el presente número.

Para finalizar, esperamos que el material de este número cumpla las expectativas de los lectores especializados y curiosos. Los invitamos a disfrutar de sus contenidos y a la vez los invitamos a seguirnos y participar con sus aportes en los próximos números.

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